
Energía residual: un potencial de valorización elevado
¿Será este el gran olvidado de la transición energética? La energía residual suele ser el pariente pobre en las políticas energéticas. Sin embargo, los volúmenes involucrados son significativos y, en muchos casos, pueden revalorizarse. Aquí te presentamos un panorama general de este concepto clave.
¿Qué es la energía residual?
La energía residual representa la energía producida de manera inevitable y no intencional durante un proceso industrial. También se le llama energía disipada o energía residual. Esta energía puede tomar diferentes formas: frío, gas, electricidad… pero sobre todo calor en la mayoría de los casos. En ese caso, se habla más específicamente de calor residual.
Se habla de energía de recuperación cuando se ha implementado un proceso de valorización, lo cual es el escenario ideal, ya que esta energía es “gratuita”. En algunos casos, incluso se puede decir que no valorizarla resulta “costoso”, especialmente si se debe enfriar antes de ser liberada, ya sea por razones técnicas (como en el tratamiento de gases de combustión) o por requisitos normativos (como la reducción de la temperatura de las aguas residuales, por ejemplo). Por lo tanto, el costo de oportunidad de valorizar el calor residual puede ser interesante para ciertos procesos industriales.
Existen muchos ejemplos de emisión de energía residual:
- El calor de los gases de un incinerador.
- La energía térmica de las aguas residuales en las plantas de tratamiento.
- El calor residual de acerías, cementeras, refinerías, fábricas de vidrio, ciertos procesos químicos, etc.
- El calor generado por la refrigeración de los centros de datos.
- Etc.
Por supuesto, el nivel de temperatura del calor residual es un elemento clave para su posible valorización. Y este nivel puede variar en grandes proporciones: desde 30 °C en el caso de aguas residuales, hasta 500 °C para los gases de combustión.
¿Cuáles son los volúmenes involucrados?
Existen pocos estudios que cuantifiquen con precisión los volúmenes de energía residual perdidos cada año. El más significativo data de 2017 y fue realizado por la Ademe. Está centrado en el calor residual y no ha sido actualizado desde entonces.
La Agencia de la Transición Ecológica estimó los diferentes potenciales de energía residual:
- Industria: 109.5 TWh provenientes de la combustión de combustibles industriales son liberados en forma de calor (de los cuales 48 % se pierden a más de 100 °C). Cabe destacar que dos sectores (el agroalimentario y el químico-plástico) concentran el 53 % del potencial.
- Redes de calor: 16.7 TWh.
- Plantas de incineración de residuos domésticos: 4.4 TWh.
- Centros de datos: 3.6 TWh.
- Plantas de tratamiento de aguas residuales: 0.4 TWh.
36%
Estimación del consumo de combustibles en la industria perdido en la atmósfera en Francia
Fuente: Ademe
En ese entonces, la industria representaba, con gran diferencia, la mayoría del potencial (más del 80 %). Pero desde entonces, es muy probable que el potencial de energía residual de los centros de datos, en particular, haya aumentado considerablemente.
Ante esta situación, las autoridades públicas impusieron la obligación de utilizar el calor residual en todos los centros de datos de más de 1 MW. Estos tienen hasta el 11 de octubre de 2025 para cumplir con esta normativa.
¿Cómo valorizar mi energía residual?
Existen dos grandes formas de valorizar la energía residual:
- Internamente, en el sitio, para cubrir necesidades utilizando intercambiadores térmicos, bombas de calor o incluso turbinas de vapor o máquinas ORC (máquinas de ciclo orgánico de Rankine, que permiten, por ejemplo, producir electricidad a partir del calor) para los niveles de temperatura más altos.
- De forma externa, para suministrar calor a terceros. Por ejemplo, la recuperación del calor residual generado por los centros de datos puede utilizarse para la calefacción de edificios cercanos, para otros consumidores próximos o incluso ser inyectada en una red de calor urbana.
¿Puedo recibir ayuda?
Existen dos grandes mecanismos de apoyo para la recuperación de calor.
En primer lugar, varias operaciones son elegibles al esquema de certificados de ahorro energético.
Por ejemplo, se pueden mencionar las operaciones relacionadas con un sistema de recuperación de calor en un grupo de producción de frío, ya sea en:
- edificios. Se trata de la ficha “BAT-TH-139”.
- industria. Se trata de la ficha “IND-UT-117”.

¡Punto de atención!
Actualmente hay grupos de trabajo en curso respecto a estas dos fichas, y se contempla su eliminación: desde este verano para la ficha “IND-UT-117” y a principios de 2026 para la ficha “BAT-TH-139”.
Otras operaciones, más específicas, también son elegibles para recuperar el calor de los gases de un horno industrial (ficha “IND-UT-118”), de un compresor (ficha “IND-UT-103”) o de una torre de enfriamiento (ficha “IND-BA-112”).
Después, el Fondo de Calor de la Ademe apoya activamente la recuperación del calor residual. La Agencia de la Transición Ecológica ha establecido un proceso basado en cuatro etapas clave:
- Identificación del proyecto, mediante una auditoría energética que permita detectar el potencial de calor residual y su adecuada correspondencia con la necesidad (en particular, el nivel de temperatura).
- Realización de un estudio de factibilidad para determinar los parámetros técnicos, económicos, normativos y ambientales.
- Inversión, con estudios de ingeniería, por ejemplo, para confirmar la decisión de inversión.
- Plan de medición, necesario para verificar el desempeño energético del sistema implementado y su seguimiento a lo largo del tiempo.
Para beneficiarse del apoyo del Fondo de Calor, se deben cumplir tres condiciones:
- Realizar un estudio previo (diagnóstico energético / estudio de factibilidad).
- El calor residual captado debe valorizarse en forma de calor y/o frío.
- Valorizar una cantidad de energía térmica superior a 1 GWh/año (aunque existen excepciones posibles a través del mecanismo específico llamado “Contrato de calor renovable territorial”).
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Número de proyectos de recuperación de calor residual financiados por el Fondo de Calor desde 2015.
Fuente: Ademe
Una vez cumplidas estas condiciones, la Ademe propone dos tipos de apoyo distintos:
- Una ayuda para la realización de estudios de factibilidad para la instalación de recuperación de calor residual.
- Una ayuda a la inversión para la implementación de la instalación de recuperación de calor residual.
La energía residual es un recurso energético con gran potencial, pero a menudo olvidado. Sin embargo, los yacimientos existen y las operaciones de valorización son beneficiosas tanto para reducir los costos energéticos como para contribuir a la descarbonización.
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