Responder a la conciencia ecológica
¿Por qué responder a la conciencia ecológica?
Se espera que las empresas, incluidos los actores del sector industrial, den un paso al frente. Dametis te ayuda a dar este giro para responder a la conciencia ecológica a tu nivel.
Consumidores cada vez más comprometidos
Algunos prefieren los productos locales de temporada, reducen su consumo de carne y utilizan aplicaciones para evitar el desperdicio de alimentos. Otros deciden no tomar más aviones y reemplazar el coche por la bicicleta o el autobús.
Están surgiendo movimientos ecologistas activistas e iniciativas colectivas que emprenden acciones masivas.
Consumidores comprometidos que exigen a las empresas que se comprometan sin hacer greenwashing.
En Dametis, te ayudamos a reducir tu huella y a demostrar tus resultados mostrando tu puntuación baja en carbono.
Empresas más exigentes
Empresas e instituciones se comprometen en términos ecológicos y sociales. Si estos actores son sus clientes, desea demostrarles que también está en este camino.
Con nuestra plataforma MyDametis, conocerá su huella de carbono en tiempo real y sabrá qué palancas accionar para reducirla.
Demasiado descuidada todavía, la huella de carbono de los bancos tradicionales es titánica. De hecho, financian las actividades de las mayores empresas.
Y cuando sabemos que un centenar de empresas generan dos tercios de las emisiones de carbono, entendemos el inmenso poder de las finanzas.
Por ejemplo, algunos bancos ofrecen tasas de interés más bajas a los prestatarios que han implementado una estrategia de descarbonización.
También están surgiendo neobancos verdes y fondos de inversión que ofrecen a sus clientes la posibilidad de invertir su dinero en fondos etiquetados ISR o Greenfin para financiar la transición ecológica.
La regulación que se fortalece
La Unión Europea ha creado un mercado de derechos de emisión que grava a los grandes emisores. Entre 2020 y 2022, el precio de la tonelada de CO₂ se ha cuadruplicado, rozando los 100 €, cuando se esperaba para 2030.
Algunos economistas proponen un modelo más equitativo con el impuesto sobre el carbono añadido (TCA), que tendría en cuenta todas las emisiones de gases de efecto invernadero, incluidas las generadas por productos importados.
En cualquier caso, es conveniente que se alinee con la transición hacia una economía baja en carbono desde ahora.