El Energy Management para reducir su consumo y costos.

¿Desea controlar su consumo energético y reducir sus costos? La gestión energética es un paso fundamental para alcanzar sus objetivos de transición energética.

¿Qué es la gestión energética?

El Energy Management o gestión de la energía es un enfoque estratégico que busca optimizar el desempeño energético de una organización o de un sitio industrial.

Hoy en día, las empresas e industrias se enfrentan a desafíos importantes:

  • Mantener su competitividad (especialmente en un contexto de inflación con volatilidad en los precios de la energía) controlando sus costos.
  • Reducir su huella ambiental (ya sea por obligación regulatoria o para satisfacer las expectativas de los consumidores) mediante la descarbonización de las actividades de la empresa, así como en las cadenas de suministro (materias primas, proveedores y logística) y de distribución (logística, uso y reciclaje).

Implementar un sistema de Energy Management en un sitio industrial se alinea perfectamente con esta dinámica: reducir el consumo de energía y limitar el uso de agua, lo que conduce a una reducción de las emisiones de CO2 del sitio y a una disminución de los costos.

    Para las industrias, existen dos enfoques de gestión de la energía: a nivel del sitio de producción o a nivel del grupo industrial.

      El Energy Management en el sitio

      La implementación de un Energy Management en el sitio representa la oportunidad de comprender, analizar y optimizar el consumo de energía y agua en los diferentes equipos industriales. Concretamente, así es como se implementa el sistema:

      • Implementación de un seguimiento energético estándar:
        • Realizar un plan de medición para conocer el nivel de instrumentación y las energías que se pueden monitorear.
        • Cartografiar el consumo de agua y energía, definir los usos energéticos y los indicadores de rendimiento (IPE o KPI) asociados
          (Nota: los IPE deben tener en cuenta los factores influyentes).
        • Crear una rutina de seguimiento y análisis de los IPE para identificar anomalías o desviaciones.
      • Realizar auditorías y otras misiones específicas puntuales:
        • Auditoría energética reglamentaria: Es una auditoría muy simple que puede ser útil para mapear los consumos (~7 k€ para una planta promedio).
        • Auditoría energética: Este tipo de auditoría es interesante para analizar en detalle las utilidades energéticas, comprender la relación entre las utilidades y el proceso, e iniciar la reflexión sobre un plan maestro para la planta (~17 k€ para una planta promedio).
        • Auditoría detallada: Este tipo de auditoría es muy detallada y generalmente se realiza en un perímetro específico. Es muy útil para estructurar un proyecto futuro.
        • Plan de medición: Es un estado de los instrumentos de medición y otras fuentes de datos que pueden ser interesantes para el seguimiento del consumo de agua y energía. Este tipo de misión también permite definir los puntos de medición necesarios para avanzar en la gestión energética.
        • Balance de carbono en los alcances 1 y 2: análisis simplificado de las emisiones de CO2 basado en el consumo energético de la planta.
        • Balance de carbono global (alcances 1, 2 y 3): Análisis muy detallado que toma en cuenta toda la cadena de valor (aguas arriba y aguas abajo). A menudo se asocia con un análisis de ciclo de vida (ACV).
      • Contractualización del suministro de energía:
        • Los contratos de suministro energético tienen un impacto directo en los costos y en las emisiones de CO2. Por lo tanto, es importante definir:
          • El perfil de consumo de la planta y su evolución en los próximos 3 años.
          • Estrategia del sitio: energía descarbonizada, precio fijo o variable, etc.
        • Implementación de contratos y negociaciones recurrentes.
        • Seguimiento de los precios en los mercados para identificar las tendencias de precios.

      • Gestionar la realización de proyectos para reducir el consumo de agua y energía:
        • Los proyectos pueden ser de varios tipos:
          • Proyectos que requieren trabajos complejos con la intervención de empresas externas
          • Proyectos que requieren trabajos sencillos. Algunas fábricas pueden realizar estos proyectos internamente (instalación de un variador de velocidad, un instrumento de medición, etc.).
          • Proyectos de optimización de regulaciones con modificaciones de consignas o la implementación de automatismos más sofisticados
          • Proyectos comportamentales que requieren un cambio en la forma en que los operadores manejan los equipos o las líneas de producción.
        • El seguimiento de las operaciones de mantenimiento también es importante para mantener el rendimiento de los equipos a lo largo del tiempo.

      El Sistema de Gestión de la Energía (SGE)

      Tener un enfoque de Gestión de la Energía es un excelente comienzo, pero para maximizar realmente los beneficios y alcanzar un rendimiento energético sostenible, es pertinente implementar un Sistema de Gestión de la Energía (SGE) conforme a la norma ISO 50001. Esta norma proporciona un marco estructurado para ayudar a las organizaciones a integrar la eficiencia energética en sus prácticas de gestión, independientemente de si optan o no por una certificación oficial. El SGE de tipo ISO 50001 se basa en varios elementos clave:

      • Política energética:
        El primer paso en la implementación de un SGE es la definición de una política energética clara. Esta política debe reflejar el compromiso de la dirección con la mejora continua del rendimiento energético de la organización. Debe incluir objetivos generales y estar alineada con las demás políticas de la empresa, como las relacionadas con la responsabilidad social y ambiental.
        • Equipo de energía y recursos:
          Para asegurar el buen funcionamiento del SGE, es esencial conformar un equipo dedicado a la gestión de la energía. Este equipo debe estar compuesto por miembros con experiencia técnica, habilidades en gestión de proyectos, así como un conocimiento profundo de los procesos de la organización.
          El seguimiento energético y las auditorías energéticas deben permitir definir objetivos de rendimiento alcanzables para cada IPE, con un plan de acción detallado en función de los recursos disponibles (presupuesto, tiempo, etc.)

        • Seguimiento y mejora continua:
          Una vez implementado el SGE, el equipo de energía debe establecer los documentos modelo y las rutinas del equipo para mantener un seguimiento constante de su rendimiento energético. Esto incluye el seguimiento regular de los IPE, la detección proactiva de anomalías en el consumo de agua y energía, el despliegue efectivo del plan de acción elaborado, y la verificación sistemática del cumplimiento de los objetivos establecidos. En caso de no conformidad o de rendimiento insuficiente, deben implementarse rápidamente acciones correctivas para rectificar las anomalías identificadas. Este proceso de monitoreo y ajuste permite garantizar una mejora continua del rendimiento energético de la organización.
        • Evaluación anual y ajuste del plan de acción:
          Cada año, se organiza una reunión de revisión para evaluar el despliegue del plan de acción energético y los resultados alcanzados. Esta reunión permite verificar si se han alcanzado los objetivos, analizar la gestión de las anomalías detectadas para asegurarse de que todas hayan sido correctamente tratadas o cerradas, y definir un nuevo plan de acción con objetivos actualizados. Este proceso también incluye la actualización del esquema director global de la planta o el el plan de sobriedad, garantizando así que la estrategia energética a largo plazo siga siendo coherente con los objetivos de la organización.

        Para el buen funcionamiento de un SGE en una planta o una organización, es necesario implementar planes de formación y concienciación para los equipos sobre la estrategia de Gestión de la Energía. Los reportes internos y externos también son buenos medios para destacar los avances y así unir a todos los colaboradores en un proyecto empresarial virtuoso.

          Caso concreto: Dametis acompaña al grupo Agromousquetaires en diversos sitios, como la Laiterie Saint-Père (LSP). En cuanto a los resultados, el acompañamiento en el sitio permitió ahorrar en un año:

          • El equivalente a 120 toneladas de CO2
          • 120.000€ en gastos de energía

          La Gestión de la Energía a nivel del grupo

          Es esencial que cada sitio industrial implemente un enfoque de gestión de la energía (SGE) para mejorar su rendimiento energético. Sin embargo, para un grupo industrial con varios sitios, es crucial adoptar un enfoque centralizado para evitar la fragmentación de los esfuerzos y maximizar las sinergias entre los sitios. A diferencia del enfoque local de la gestión energética, la gestión a nivel de grupo se centra en la coherencia de las acciones y el alineamiento estratégico. Aquí están las acciones clave a llevar a cabo:

          • Definición de Indicadores de Desempeño Energético (IPE) para los reportes y las comparaciones de referencia: Los servicios como el agua y la energía, así como los procesos industriales, suelen ser similares dentro de un grupo. Sin embargo, a menudo se observan IPE diferentes entre los sitios. Al definir los IPE a nivel de grupo, es posible estructurar el reporte de manera coherente, facilitando así las comparaciones y los benchmarks. Esta estandarización permite identificar más fácilmente las discrepancias en el rendimiento y desplegar acciones correctivas eficaces.
          • Criterios metodológicos para la gestión energética de los sitios: Para facilitar la gestión de la energía a nivel de grupo, es pertinente adoptar una metodología única para todos los sitios. Esto incluye el uso de rutinas, herramientas y documentos estándar. Un enfoque unificado no solo simplifica la gestión, sino que también permite crear una cultura energética común, acelerar la adopción de las mejores prácticas y garantizar una mejora continua del rendimiento energético en todos los sitios.
          • Implementación de directrices tecnológicas (Guidelines): Las fábricas a menudo se enfrentan a recomendaciones técnicas de actores locales, lo que puede llevar a elecciones tecnológicas heterogéneas y, a veces, sesgadas. Al establecer directrices tecnológicas a nivel de grupo, se limitan estos riesgos garantizando la homogeneidad de los equipos y soluciones implementadas. Esta coherencia técnica favorece un mejor control de las instalaciones y facilita la gestión técnica de las fábricas, al mismo tiempo que refuerza el rendimiento energético global del grupo.
          • Vigilancia tecnológica para mantenerse a la vanguardia de las mejores prácticas: La tecnología evoluciona rápidamente, y es crucial para un grupo industrial mantenerse informado sobre las innovaciones y las mejores prácticas en gestión de la energía. Un monitoreo tecnológico continuo permite detectar nuevas oportunidades de optimización energética e integrar rápidamente las tecnologías emergentes en los sitios del grupo.
          • Desafiar los planes de acción de los sitios y consolidar un plan de acción global: Para garantizar que las iniciativas locales estén alineadas con la estrategia global del grupo, es necesario desafiar regularmente los planes de acción de los sitios. Este enfoque asegura que las acciones realizadas estén en consonancia con la hoja de ruta de descarbonización del grupo. La consolidación de los planes de acción locales en un plan global garantiza un enfoque armonizado, con objetivos claros y medibles a nivel de grupo.
          • Animación de grupos de trabajo y compartición de buenas prácticas: Conectar a los equipos de energía de las diferentes fábricas es fundamental para crear una dinámica de intercambio de conocimientos. La organización de grupos de trabajo no solo permite difundir las buenas prácticas, sino también crear soportes técnicos adaptados, facilitando así el desarrollo de competencias de los equipos en cada sitio. Esta animación fomenta una cultura de colaboración y mejora continua dentro del grupo, esencial para alcanzar los objetivos energéticos ambiciosos.

          Caso concreto: Dametis también acompaña a Fleury Michon en su Gestión de la Energía a nivel del grupo

          Aquí están las acciones implementadas:

          • Modelización (gemelos digitales) de los equipos (servicios y procesos).
          • Seguimiento de los KPI de rendimiento energético
          • Categorización de los sitios
          • Comparación de los diferentes sitios con una producción similar
          • Seguimiento de los planes de acción para asesorar en la priorización
          • Seguimiento de las evoluciones de los sitios

          Implementación de un EMOS

          En la industria, la implementación de un sistema de gestión de la energía eficiente es una tarea compleja y que consume mucho tiempo. Para simplificar y optimizar este proceso, muchos industriales recurren a soluciones software especializadas. Si bien un software EMS (Energy Management Software) permite seguir el consumo energético, realizar informes sobre los KPI y hacer análisis básicos, a menudo se limita a estas funciones. En cambio, el EMOS (Energy Management and Optimization Software) va mucho más allá del simple reporte.

          Un EMOS es una herramienta potente y completa que integra las necesidades operacionales de todos los departamentos dentro de la empresa, en cuanto a la gestión del agua y la energía. Ofrece una amplia gama de funcionalidades específicas, como la modelización avanzada de los equipos presentes en un sitio industrial, la compra de energía, la reducción de la demanda (effacement), la contabilidad analítica y aplicaciones colaborativas que permiten el trabajo en equipo. A diferencia de un EMS, que se centra principalmente en la visualización de los datos, el EMOS integra herramientas de análisis avanzados que no solo permiten detectar las anomalías, sino también proponer soluciones optimizadas para alcanzar el mejor rendimiento energético y ambiental posible. Además, el EMOS estandariza los indicadores y las metodologías de trabajo de un sitio a otro, facilitando así una gestión colaborativa alineada con una estrategia global de descarbonización.

          En definitiva, una buena gestión de la energía a nivel de sitio requiere la implementación de un software EMOS. Esta herramienta no solo se limita a recopilar y presentar datos, sino que también proporciona una experiencia integrada y soluciones prácticas para simplificar la gestión energética, permitir una toma de decisiones informada y facilitar la implementación de acciones correctivas en conformidad con la norma ISO 50001.